Nuestra filosofía comparte la idea de encontrar lo extraordinario en cada proyecto personal o de nuestros clientes y preguntarnos, ¿cuál es el propósito?, ¿qué puede ser inspirador y generar emociones para poder tener un resultado innovador y favorable?
Hace algún tiempo me topé con una charla de “TED Talk” con el título “How great leaders inspire action”, que me pareció de lo más inspiradora. Te invito a verla aquí. Habla sobre una idea central que Simon Sinek denomina como: “The Golden Circle”.
Es una idea profunda en un concepto muy simple: ¿Por qué hacemos lo que hacemos?
Todas las empresas saben QUÉ hacen. Qué servicios o productos ofrecen para ganar dinero.
Solo algunas empresas saben “CÓMO” lo hacen. Las cosas que los distinguen de la competencia.
Y muy pocas saben exactamente por qué hacen lo que hacen. El “porqué” es un propósito, una causa o una creencia. El ganar dinero no es el “porqué”; ese es un resultado. El “porqué” es la verdadera razón por la que existe la empresa.
Al tener un proyecto, ya sea personal o de algún cliente en nuestras manos, siempre nos formulamos estas preguntas para ser diferentes a la competencia y saber cómo inspirar con nuestras ideas y resultados.
Todos nuestros clientes saben qué están vendiendo o qué quieren promocionar; algunos saben cómo lo quieren promocionar; pero muy pocos saben por qué lo quieren promocionar… y una vez más no hablamos de ganar dinero. Ese es un resultado.
Al hacer una campaña publicitaria vamos del porqué, pasando por el cómo, hacia el qué. Tal cual lo hacen las grandes compañías y líderes que marcan la diferencia. Creemos que podemos influir en la decisión de compra al mover las emociones del consumidor final.
Todos tenemos las mismas oportunidades y contamos con el mismo público. ¿Por qué algunas campañas funcionan y otras no? Las compañías ya están cambiando y la información está por todos lados. Ya no solo basta con dar una declaración de los hechos y atributos con los que cuenta un producto o un servicio, sino buscar la comunicación de adentro hacia afuera, pues todas las tomas de decisión vienen del cerebro límbico, que es responsable de nuestros sentimientos como la confianza y la lealtad.
“Las personas no quieren comprar lo que tú vendes, quieren creer lo que tú crees”.